Podría argumentar que ha sido por causas justificadas, pero no hace falta que me justifique ante nadie, así que no sirve como argumento.
Así son las cosas. El mes de junio se ha pasado en un borrón de sensaciones y sentimientos que no voy a recontar, no me apetece recordarlos otra vez. Simplemente puedo resumirlos como: dolor, resignación y esperanza. El primero lo cura el tiempo, el segundo es inevitable y el importante es el tercero.
Dicen que los malos ratos te unen o te separan. Si encuentras esperanza, lo más normal es que te acerquen todavía más.
Ayer hizo ocho años que nos entregamos los anillos, aunque ya sean once desde que nos entregamos el corazón. Nuestros lemas son sencillos: "con una sonrisa y mirando al frente" en los buenos tiempos y "espalda contra espalda" cuando hay que luchar. Funciona, doy fé.
Doy gracias por tenerle a mi lado ¡aunque a veces reniegue de su mala cabeza! (no lo digo porque se haya olvidado de la fecha, conste)