La frágil realidad

Esta tarde he recibido una mala noticia. El padre de una amiga ha muerto, en cuestión de un par de semanas, de un tumor en el pulmón. No hubo indicios, ni avisos previos, de repente un día hay que llevarlo al hospital, y una semana después les dicen que no hay esperanza de vida más allá de unos pocos días más.

Qué sensación de fragilidad me proporciona la "realidad" que vivimos. Nos engañamos a nosotros mismos con un espejismo de normalidad y estabilidad, a pesar de que cada día nos trae multitud de cambios. La mayoría somos capaces de filtrarlos sin más. Pero hay otros que son tan grandes o que nos afectan tan profundamente que desbaratan ese mundo ideal.

Y nos devuelven a los crudos hechos: la felicidad y el dolor, la vida y la muerte, bendita y maldita dicotomía de la existencia humana.

Siento profundamente su dolor (en el sentido del inglés "regret"), aunque es totalmente imposible que lo entienda o lo comparta. Sé que antes o después seré yo la que esté sintiendo en mi propio alma el desgarro de la pérdida de un ser, querido, necesitado, amado.

Bendita sea la esperanza en la vida eterna, para los que creemos en ella, porque nos da a su vez la esperanza de encontrar fuerzas para sobrellevar el dolor.

Y qué terrible es la negrura y la soledad que deben experimentar aquellos que jamás creerán en ello.

Mientras escribía esto, una antigua compañera del master me ha saludado por el MSN... Trabajamos juntas en un par de asignaturas, ella en Venezuela, yo aquí, llegamos a tener muy buena relación, incluso ella se estuvo planteando venirse a España para hacer una entrevista en Telefónica... y me ha contado que el año pasado su marido murió de un infarto, a los 37 años. Tienen un niño de 2 años y ella estaba embarazada de 3 meses. Ahora tiene una bebita de 5 meses, su suegra se ha mudado a vivir con ella (él era Portugués), y me dice "disfruta tu familia a lo maximo porque en esta vida nada esta garantizado".

Pienso hacerle caso. Y darle gracias a Dios por cada instante que me regala en esta frágil, maravillosa, agobiante, tediosa, feliz, afortunada y a veces dolorosa realidad.