Mientras en salas de reuniones varias se toman decisiones que afectarán a mi trabajo futuro, mientras los jefecillos cuchichean sobre los rumores o ya no tan rumores que nos contarán el viernes, y mientras la voz del gran jefe me impide concentrarme en los números imposibles de una hoja de cálculo, me tomo un respiro y os cuento acerca de la última "adquisición" culinaria hecha en el blog.
Todo empezó con una simple invitación a una soirée temática mejicana plurifamiliar. El principal serían fajitas, y a mi me tocó llevar el postre.
¿Quién conoce postres típicamente mejicanos? Como entre mis contactos no hubo respuesta, recurrí al versátil google para buscar algo que fuera
1.- rápido de hacer
2.- no se basara en ingredientes difíciles de conseguir (el tiempo que puedo dedicar a buscar manjares extranjeros se ha visto reducido proporcionalmente con el tiempo pasado en el parque)
3.- apto para paladares infantiles
Después de un par de ratos de búsqueda activa, llegué a las múltiples recetas de "Pastel de Tres leches" o "Three-milk cake" que abundan en la web.
Todo comienza con un bizcocho sencillo, de cualquier factura que se pueda imaginar, comprado o hecho en casa. Yo lo hice con una receta muy sencilla encontrada en la web, pero podría haber echado mano a la biblia de Simone Ortega. Elegid el bizcocho que mejor os salga, recomiendo que no lleve aceite ni mantequilla, para que sea más... cómo decirlo... (no os riais) ligero.
Una vez bien frío (yo esperé al día siguiente) en un bol se mezcla una lata de leche condensada (no os paséis, una lata de aprox. 250-300 ml), una lata de leche evaporada (la famosa Ideal o la que encontréis, de volumen igual o parecido al anterior), unos 100ml de nata líquida y unos 200 ml de leche (entera, semi o desnatada, pero ya puestos a meter calorías de por medio, la entera sabe mejor). NO BATIR. Mezclar es suficiente. Las recetas sugieren añadir un poco de extracto de vainilla y una copita de ron. En mi caso, para cumplir con el pre-requisito número 3, solo puse una cucharada.
Poner el bizcocho en un recipiente, y mojar con el mejunje anterior (echarlo todo), y luego meter el bizcocho en el refrigerador al menos 12 horas. Puede que se necesite pinchar con un palillo toda la superficie del bizcocho para que se moje bien. En mi caso, no hizo falta, se comportó como una buena esponja.
Para servir, decorar con nata montada (puf, ya puestos...) o con unas frutas cortadas (fresas, melocotones, piña) o con coco en polvo (yo lo tostaría un poco para darle más sabor).
Bomba calorica, sí. Pero deliciosa. Y no es empalagosa (soy de confianza :) , pongo en la leche algo menos de una cucharada de colacao o está demasiado dulce). Hay referencias que indican rellenar el bizcocho (previo al "baño") con fruta. No me parece mala idea.
Siento no haber tenido tiempo de hacerle fotos. No resulta una tarta vistosa (una vez más por falta de tiempo, no la recubrí con nata montada y fruta), pero como ocurre con los postres caseros, si te la comes con los ojos cerrados podría haber salido de la cocina de un restaurante de los buenos.
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