martes, 25 de octubre de 2011

El reto de octubre - Povitica



The Daring Baker’s October 2011 challenge was Povitica, hosted by Jenni of The Gingered Whisk. Povitica is a traditional Eastern European Dessert Bread that is as lovely to look at as it is to eat!

Thanks Jenni, this is a definite keeper!!

-- English version at the end --

El reto de este mes tiene un nombre curioso, povitica. Se trata de un pan dulce tradicional de la Europa del Este, donde se suele hacer para las fiestas navideñas. Aparte de estar buenísimo, lo que más llama la atención de este pan es que la belleza... la lleva en el interior.


jueves, 6 de octubre de 2011

Leyendo y pensando

¡AL FIN! Poco a poco estoy volviendo a hacer esas cosas que tanto me gustan, y que he ido dejando por problemas físicos, mentales o incluso actitudinales, los dos últimos por causas intrínsecas o extrínsecas.

En fin, que me dejo de palabros, porque lo más importante es que ¡¡estoy volviendo a leer!!

Jamás pensé que pudiera pasar TANTO tiempo sin coger un libro. Pero era cuestión de tiempo, ya lo sabía yo...

Me devoré en apenas una semana "El nombre del viento", lo recomiendo a los que como a mi les gustan las novelas de fantasía pero de las buenas.

Y en cuanto terminé, volví a mi proyecto de ir a la biblioteca e ir cogiendo, casi al azar, libros cuyo título me intrigara. Y así llegué a este.

Unless, de Carol Shields.

"Not one of us was going to get what we wanted. [...] We're so transparently in need of shoring up that we're asking ourselves questions, endlessly, but not nearly sternly enough. The world isn't ready for us yet; it hurts me to say that. We're too soft in our tissues [...] We are too kind, too willing --too unwilling too-- reaching out blindly with a grasping hand but not knowing how to ask for what we don't even know we want."

Este párrafo de la página 66 (en la edición que me estoy leyendo) consiguió hacerme resonar y ahí sigo todavía unos días después, sintiendo los armónicos... Mucho me temo que sea el momento vital en el que estoy, en una longitud de onda entre melancólica y levemente desesperanzada (¿será el haberme tenido que poner cristales progresivos lo que me ha sintonizado en esa frecuencia?).

Queridos míos, esta vida es difícil, y más lo es sentirse feliz (aunque sea a ratitos). Así que a sabiendas de que sigo sin saber lo que quiero, sí sé lo que tengo que hacer: vivir cada momento, sentirlo, saborearlo y disfrutarlo hasta que no quede ni rastro. Porque una vez se pasa, se fue.