La semana pasada compramos unas manzanas reinetas con una pinta decente... hasta que las probamos. Verde que te quiero verde es decir poco sobre el color de la pulpa. Y, siguiendo tópicos, la cara de mi chico tras el primer mordisco no tuvo nada que envidiarle a la de El Fari. Nota mental: nunca más comprar reinetas antes de que llegue el mes de noviembre. O diciembre.
Un kilo de manzanas incomestibles. Se podrían asar. Se podrían hacer compota. O puedes leerte el blog de Deb (una de mis lecturas semanales inaplazables) y encontrate con una receta diferente. Apple crumble. Delicioso de principio a fin. Tuvo una existencia breve pero intensa (duró el fin de semana, pero solo eso). Seguramente con buen yogur griego hubiera estado sublime (los desnatados son un pobre sustituto).
Pienso repetir con otras manzanas y otras frutas, reduciré la cantidad de mantequilla por el "qué dirán" y ya os iré contando qué tal va.
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