Durante unos días puse algunos de los que me inventé, han sido muchos los que no he escrito PORQUE EN CUANTO LOS CUENTO ME OLVIDO, si no pongo un poco de atención. Y claro, cuando los cuentas en la cola del súper, en el coche cuando te estás durmiendo, por la calle, etc, mucha atención no pongo.
Pero este es diferente. Este lo ha contado Irene, ayer, en el coche. De hecho nos contó cuatro, pero solo recuerdo este y ligeramente el segundo (denominado "la cucaracha solitaria", si es que le gustan los animales, qué le voy a hacer).
Todo empezó por una paloma que vivía con unas gallinas en un gallinero. Todos ponían huevos, y algunos de esos huevos los empollaban para tener chiquitines. Las gallinas querían a la paloma y las palomas querían a la gallina.
Pero un buen día llegó un niño e intentó quitar los huevos a la paloma, y todas las gallinas se fueron contra él y le picaron la mano. Tanto, que al niño hubo que llevarle al hospital.
El médico que le atendió le preguntó qué le había pasado, y el niño confesó que había intentado quitarle los huevos a una paloma, y al dar más detalles el médico se dio cuenta de que se trataba de su paloma y de sus gallinas, y se enfadó mucho con el niño. No se quitan los huevos a los animales, sobre todo los que están empollando.
Así que el médico se fue a su casa, cogio a todas las gallinas y a la paloma, metió todos los huevos en una bolsa, y se fue a otra casa más lejos. Allí, los animales vivieron felices porque no había ningún niño que quisiera hacerles daño. Y los huevos no se mezclaron, y a los pocos días las gallinas tuvieron pollitos y la paloma tuvo palomitas. Y jugaron todos juntos.
Si os ha gustado, decid ¡¡¡BIEN!!!
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