Enero suele ser un mes complejo, después de las fiestas y los dispendios llegan las rebajas y los bolsillos y monederos (en función de gustos) se quejan.
En nuestro caso la cuesta ha tenido otros orígenes, aunque también han sido prácticos. Estoy empezando a pensar en montarme un negocio de cuidado de niños a domicilio, y cambiar de sector. ¿Cuántos padres no tienen con quién dejar a los niños cuando se ponen malos, por no tener a la familia cerca? . Y cuando el peque se pone malito y no hay manera de llevarlo a la guardería, las alternativas son pocas: o me cojo yo el día o se lo coge mi pareja, el que tenga menos reuniones o al que le haga menos descalabro.
El negocio consistiría en tener un grupo de personas decentes, cumplidoras y responsables que no tengan otro trabajo y cuya disponibilidad fuera inmediata (menos de media hora, en función del domicilio de los pagantes). Y que les gusten los niños, por favor. Y que tengan idea de cómo tratarles, cómo entretenerles, cómo ganárselos.
Si alguien está interesado en el proyecto, lo movemos. La dificultad va a estar en encontrar a las personas adecuadas. Porque de gente inconstante e irresponsable está el mundo lleno. Cada vez está más complicado dar con gente como nosotros y que no estén ya trabajando para otros!
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