Ayer fue un día gris, como llevan siendo prácticamente todos los días de este mayo de 2008. Mientras estaba en la puerta de la guarde, esperando a que saliera Irene, empezó a llover. Previsora de mi, no había llevado el paraguas, así que entre risas y trozos de sandwich corrimos hasta casa.
Y ahora ¿qué? A pintar en la pizarra un rato, a pintar en el cuaderno otro, y la verdad es que todavía son las seis y se me ha aburrido la niña. Así que se me ocurrió la gran idea: ¡vamos a hacer algo juntas en la cocina!
Sí, lo sé, solo tiene dos años, pero desde que era un bebé hemos pasado ratos juntas en la cocina (le encantaba mirar y patalear cuando, todavía una mocosa, la ponía en la mochila y me ponía a cortar la verdura, fregar los platos, a cocinar...). Allí rió probando las patatas crudas, lloró oliendo el ajo de mis manos, moqueo mientras yo moqueaba cortando cebolla. Así que, a mi entender, estaba lista para esto.
Nos pusimos ropa de faena, sacamos harina, levadura y agua templada y nos pusimos a hacer pan. Receta simple donde las haya, y divertida para una enana que, según pude comprobar ayer, todavía no ha sido iniciada en los placeres de la plastilina. Pero hela aquí, lista para empezar a trabajar en la tahona (no, tranquilos, no pienso explotar esta faceta suya para mi beneficio... por el momento).
¿Qué es lo que salió del horno? (unas dos horas después). Una barra de pan de cinco cereales que estaba para chuparse los dedos. Sé que es difícil juzgar el sabor de algo por una fotografía, por esta vez tendréis que fiaros de mi.
Como todavía nos sobraba tiempo, mientras la masa fermentaba, probamos a hacer unas galletas de avena. La receta la saqué de internet, así que podría haber pasado cualquier cosa. Además, me faltaba uno de los ingredientes, pero ¡imaginación al poder! Irene me ayudó a echar los azúcares en el bol, pero ya estaba cansada y quería que le pusiera su película de Ratatouille. Por no ponerla delante de la tele mientras yo seguía en la cocina, traje el ordenador y le puse unos vídeos de Winnie The Pooh (viva Youtube). Después de media hora estaba lista para seguir ayudándome... a comerse las galletas. Todavía quedan unas cuantas. Las tengo aquí al lado. ¿Podré resistir la tentación?
también nos podrías dar la receta del pan...
ResponderEliminar¡¡y yo que pensaba que era tan complicado!! (no por ingredientes, sino por el amasado...
La receta era tremendamente fácil, porque tenía por ahí una masa de las que se compran en el Lidl para hacer pan en la máquina de hacer ídem... Solo hay que añadir agua y amasar. No es difícil en absoluto, al contrario, es divertido y libera tensiones, al menos a mi.
ResponderEliminarSi tienes un Lidl cerca de casa, pásate y por la zona de los cereales, las galletas y las cosas del desayuno lo encontrarás. Cualquiera está bueno. Si necesitas instrucciones más precisas sobre tiempos de amasado y de fermentación, ¡dímelo!